miércoles, 30 de abril de 2008

El camino de las revoluciones de Nuno Júdice



En las ciudades extrañas, donde las revoluciones se hacen
despacio, y los diarios son leídos de atrás hacia delante, oigo
los pájaros que cantan en los árboles sin hojas. Un hombre apunta
la linterna para la puerta abierta, y cuando le dicen
que es de día él responde que es ciego, y necesita
encender la linterna para ver el camino que nunca
ha de ver. A la entrada de la casa, donde la mujer espera
que él entre, la revolución ya subió las escaleras hasta el infinito
donde se juntan todas las revoluciones. La burguesía de las ciudades
extrañas calienta el té para que las revoluciones lo beban
por las tazas de porcelana que ninguno llevó, como
si las revoluciones necesitaran de té. El ciego continúa
apuntando la linterna para las escaleras, donde la mujer
piensa que se ha de cerrar la puerta para que las revoluciones
no vuelvan a salir, después de que tomen el té. Y la burguesía
llena de azúcar las tazas de porcelana, donde el té
humea, para endulzar la boca de las revoluciones. La mujer
cerró la puerta; y el hombre apaga la linterna, para finalmente
ver todo lo que pasa a sus espaldas.

Nas cidades estranhas, onde as revoluções se fazem
devagar, e os jornais são lidos de trás para a frente, ouço
os pássaros que cantam nas árvores sem folhas. Um homem aponta
a lanterna para a porta aberta, e quando lhe dizem
que é dia ele responde que é cego, e precisa
de acender a lanterna para ver o caminho que nunca
há-de ver. À entrada da casa, onde a mulher espera
que ele entre, a revolução já subiu as escadas até ao infinito
onde se juntaram todas as revoluções. A burguesia das cidades
estranhas aquece o chá para que as revoluções o bebam
pelas chávenas de porcelana que ninguém partiu, como
se as revoluções precisassem de chá. O cego continua
a apontar a lanterna para as escadas, onde a mulher
pensa se há-de fechar a porta para que as revoluções
não voltem a sair, depois de tomarem o chá. E a burguesia
enche de açúcar as chávenas de porcelana, onde o chá
fumega, para adoçar a boca das revoluções. A mulher
fechou a porta; e o homem apaga a lanterna, para finalmentever
tudo o que se passa à sua volta.
Traducción de Leonardo Martínez.

No hay comentarios: